MALAS PRAXIS EN LA ELIMINACIÓN DE GRAFFITIS

El mercado de decapantes especializados para la eliminación de graffitis es muy amplio. Elegir el más adecuado para quitar las pintadas sin afectar a los soportes, (que en muchas ocasiones cuentan con su capa de pintura), no es sencillo. Una mala prescripción puede convertir el remedio en un mal mayor.

A pesar de que la actividad de eliminar un graffiti puede parecer una sencilla limpieza más, la realidad es que entran en juego complejos factores como la composición de los soportes, la temperatura ambiente o el tiempo de “curado” del graffiti.

En definitiva, múltiples factores afectan en esta actividad y, rápidamente, una limpieza que parece que va a ser exitosa se puede convertir en un problema añadido.

Un mal producto que nos obligue a realizar una acción mecánica más agresiva, una temperatura ambiente alta que seque el producto y nos obligue a sobre dosificar y aumentar el impacto sobre el soporte, una herramienta mal elegida…

Os mostramos imágenes de como ha afectado a diferentes soportes, una mala prescripción de producto o un procedimiento erróneo, creando sobre los mismos, sombras, fijaciones o abrasión.
 

En IPL hemos llevado esta actividad al máximo nivel, gracias a nuestro departamento de I+D+i que ha implementado, año tras año, nuevas referencias, nuevas herramientas y nuevos procedimientos, transformando una acción de limpieza en una profesión especializada donde la máxima es la conservación de los materiales.

Os mostramos algunas fotos de detalle de cómo actúa un decapante bien prescrito. En concreto son fotos de un graffiti, (naranja, negro y verde), realizado sobre una superficie pintada. Se puede observar como el eliminador actua sobre la pintura graffiti y no sobre la pintura del soporte, (blanca y roja). El decapante levanta la pintura del graffiti discriminando la pintura del soporte. Además, esto permite minimizar la acción mecánica a ejercer sobre el graffiti por lo que el peligro de abrasión también disminuye notablemente.